miércoles, 11 de noviembre de 2009

Vivir en un mundo inmundo ...

Bueno ya era hora, he estado casi un año en silencio, no se si ha sido bueno o malo, y he querido colgar lo que habia colgado en mi tuenti. No creo que sea un buen escritor, solo escribo cuando me encuentro triste, es cuando me viene la inspiración porque en ese instante me paro a pensar y a reflexionar.

Os dejo algo que escribi durante este verano:

A veces nos toca hacer una parada para intentar descansar de la frenética dinámica de la vida. En ese espacio de tiempo nos preguntamos por muchas cosas y tratamos de resolver y justificar mil dudas sobre nuestra vida, sobre nuestra forma de verla, valorarla y como no, de como la afrontamos.
Lo más sencillo a veces es culparnos de todo aquello que no ha ido bien o como pensábamos que iba a ir, quizás es que depositamos muchas expectativas en los demás, esperando más de ellos. Tras ello solo queda esperar que nuestras ilusiones se esfumen, quedándonos vacíos y desamparados navegando por los mares de la vida sin rumbo.
Una pregunta usual que nos solemos hacer, trata de conocer y valorar nuestro grado de felicidad, sé que la felicidad plena no existe, y la que existe es la de los pequeños espacios de tiempo, porque todo es efímero. Todos recordaremos ligados a la felicidad aquellos pequeños momentos que han ido asociados a ese sentimiento, aquellos que nunca borraremos como nuestro primer beso sincero, nuestro primer gran amor, aquel te quiero, …
Pero no podemos olvidar que la otra cara de la mascara de la felicidad es la tristeza, y esa también se asocia a otros pequeños momentos, que aparecen tras las actuaciones de actores y actrices de la vida como la hipocresía, el engaño, la ira, la desilusión, la humillación, el abandono, la ignorancia, …
El mundo en el que no ha tocado vivir lo construimos los hombres de hoy, un mundo inmundo como no podía dejar de ser por el materialismo y la hipocresia.
Inmundo porque rechaza a los que son diferentes, a los que no son delgados, guapos, listos, independientes, tienen un nivel social, ..., y como no todos alguna vez hemos caído o lo seguimos haciendo y continuamos con el rechazo a los demás. Como se dice, el que esté libre de pecado que tire la primera piedra.
A veces si queremos cambiar las cosas, el destino, el futuro, todo ello pasará si cambiamos nosotros mismos y luchamos por nuestros ideales. Cambiar las cosas resulta muy complicado, todos nos seguimos levantando tras caer en el fracaso, podrán matar al que sueña pero no lo podrán hacerlo con los sueños. Y a pesar de la desilusión sigo levantándome.

Felicidad el ansiado tesoro ....

Joseph Conrad escribió:
¿Quien sabe qué es la verdadera felicidad, y no la palabra convencional?
El verdadero terror, incluso para los solitarios lleva a un abismo, el paria mas desgraciado atesora algunos recuerdos o algunas ilusiones, a veces el dolor se vuelve una parte tan grande de tu vida, que esperas que siempre este ahí, porque no eres capaz de recordar un momento en tu vida en el que no haya estado, pero de pronto, un día, sientes algo más, algo que parece malo, sólo porque no suena familiar y en ese momento te das cuenta de que eres feliz...
La felicidad, se presenta de muchas formas, en la compañía de buenos amigos, en el sentimiento que experimentas cuando haces que el sueño de otra persona se vuelva realidad, o en la promesa de esperanza renovada, es bueno que dejes entrar la felicidad en tu vida, porque nunca sabes lo poco que puede durar...
La felicidad es olvidarse de los problemas, valorar lo que se tiene y cantar hasta quedarse afónicos, la felicidad es como un pastel, cuando lo tienes lo saboreas, y cuando no, sólo con olerlo basta, la felicidad no consiste en todo tener, sino en saber sacar lo bueno que te da, la felicidad es un estado pasajero de locura, la felicidad es hacer lo que se desea y desear lo que se hace, la felicidad no es un sentimiento, es una decisión, la felicidad consiste simplemente en que el mundo interior de la persona esté en total armonía con el mundo exterior, la felicidad no es una estación a la que se llega, sino una forma de viajar, la felicidad, como cualquier sentimiento, es química interna, si te acostumbras a esa sustancia, el cuerpo te la pedirá frecuentemente, la felicidad es la conciencia de la inconciencia..."