La vida es una ilusión y como toda buen sueño está escrito en versos rotos llenos de falsedades. La realidad es aquello que deseas y que, por lo tanto, no puedes conseguir. Es así, las personas del alrededor te dan la apariencia de que todo es alcanzable y crees que es posible contagiarse de ese esperanzador sentimiento. Y es cierto, pero a la hora de la verdad reconoces que no es tan sencillo como pensabas, sobretodo cuando aquello que más anhelas y deseas no te corresponde a ti decidirlo, sino que esperas expectante la respuesta de la otra persona.
La ilusión es la vida que tenemos y como todo buen vacío de sueños está manchada de vestigios de oportunidades perdidas en un tiempo que nunca existió. La realidad es aquello que vives y que, por lo tanto, no puedes evitar. Es así, las personas alrededor siguen y consiguen sus deseos y crees que es posible contagiarse de ese alentador sentimiento. Y es cierto, pero a la hora de la verdad reconoces que no es tan sencillo como pensabas, sobretodo cuando aquello que más anhelas y deseas no te corresponde a ti decidirlo, sino que esperas expectante la respuesta de la otra persona.
Una respuesta a la pregunta que no alcanzas a realizar.
Ya lo ves, tanto si la vida que posees es una ilusión como si la ilusión es la vida que quieres poseer, no es tu decisión, pues ya has escogido y no te atreves a dar ese último paso por temor al rechazo. ¿Qué te puedo decir? Yo estoy preso de un sentimiento con forma de grilletes a los que yo mismo me encadené…
domingo, 16 de marzo de 2008
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