martes, 28 de agosto de 2012

No te rindas

No te rindas, aún estás a tiempo De alcanzar y comenzar de nuevo, Aceptar tus sombras, Enterrar tus miedos, Liberar el lastre, Retomar el vuelo. No te rindas que la vida es eso, Continuar el viaje, Perseguir tus sueños, Destrabar el tiempo, Correr los escombros, Y destapar el cielo. No te rindas, por favor no cedas, Aunque el frío queme, Aunque el miedo muerda, Aunque el sol se esconda, Y se calle el viento, Aún hay fuego en tu alma Aún hay vida en tus sueños. Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo Porque lo has querido y porque te quiero Porque existe el vino y el amor, es cierto. Porque no hay heridas que no cure el tiempo. Abrir las puertas, Quitar los cerrojos, Abandonar las murallas que te protegieron, Vivir la vida y aceptar el reto, Recuperar la risa, Ensayar un canto, Bajar la guardia y extender las manos Desplegar las alas E intentar de nuevo, Celebrar la vida y retomar los cielos. No te rindas, por favor no cedas, Aunque el frío queme, Aunque el miedo muerda, Aunque el sol se ponga y se calle el viento, Aún hay fuego en tu alma, Aún hay vida en tus sueños Porque cada día es un comienzo nuevo, Porque esta es la hora y el mejor momento. Porque no estás solo, porque yo te quiero. Mario Benedetti No te rindas

domingo, 26 de agosto de 2012

Mirar hacia otro lado ...

A veces necesitamos mirar hacia otro lado para no ver la realidad. Es mejor distanciarse de ella y seguir viviendo en el mundo que hemos idealizado con las personas y los momentos que queremos vivir. Eso es vivir del engaño, pero a veces es necesario vivir de él, porque necesitamos apoyarnos en algo idealizado. Vivir esos momentos idealizados que sólo resulta un instante frente a la eternidad del vacío. Quizás ese miedo a la soledad nos hace vivir esos momentos y nos hace mirar hacia el otro lado, el de la irrealidad, donde esos besos, abrazos y caricias que creemos que son verdaderos, y donde el poder de la palabra cobra más relevancia que los hechos que marcan la verdadera realidad. Cegarse y no querer ver nada, distorsionando la pura realidad. Mirarte al espejo y ver la imagen de un triunfador que no ha conquistado nada, sólo lo que bellas palabras le han hecho creer. Y tras ello tienes dos formas de actuar o miras hacia otro lado viviendo en la triste mentira o saltas al vacío de la realidad. Ahora mismo elijo la segunda opción, he decidido saltar ese vacío y prefiero dejar de vivir en los castillos de arena que te llevan los sentimientos que mirar hacia otro lado. A veces cuesta trabajo entender ciertas reacciones o comportamientos, pero es lo mejor que nos pueda pasar, alejarnos del engaño y de las personas que solamente nos hacen ver una imagen distorsionada.